17.11.07

¿Casa Grande?

Cataluña se encuentra en una encrucijada histórica. La situación es ciertamente paradójica.

Por una parte, formando parte del gobierno, tenemos el partido más catalanista de todos el cual no consigue marcar perfil propio delante de la maquinaria de poder socialista. Después de tres años de Tripartito, no soy capaz de ver cuáles han sido los resultados efectivos de este entesa de progrés con respecto a los beneficios reales para nuestro país. Lo que veo, en cambio, es un desbarajuste y un deterioro que afecta gravemente al funcionamiento básico de la sociedad catalana. La responsabilidad es inmensa: ¿Qué ha hecho o qué piensa hacer ERC por el bien de Cataluña, aparte de mantenerse en el poder a cualquier precio? Pedimos hechos, no palabras.

Por otra parte, tenemos una oposición desorientada que está desperdiciando esta coyuntura. Parece claro que CiU sólo volverá a gobernar si consigue sumar una nueva mayoría. Los que hace tiempo que propugnamos un Frente Nacionalista (CiU + ERC) somos conscientes de la dificultad de alcanzar esta unidad de acción en la medida en que predomina un cainismo suicida que sólo beneficia a los intereses españolistas. CiU se las ve y se las desea para enderezar su brújula. La clave está en trascender la visión meramente partidista para reunir el máximo número de fuerzas. Ésta es la apuesta de Artur Mas: construir la Casa Grande del Catalanismo...

La paradoja aumenta cuando, dejando de lado a los partidos, analizamos a la presunta sociedad civil. ¿Qué encontramos? Una ebullición otoñal que ha producido más plataformas que setas, un atomismo difícil de ligar, a menudo sospechoso de manipulación partidista. Además, los que vivimos enredados dentro de la burbuja catosférica no acabamos de discernir la realidad virtual de la realidad real. ¿Queréis decir que el independentismo ha crecido tanto? No echemos las campanas al vuelo. Tendremos que esperar el veredicto de las urnas.

Mientras tanto, tenemos un gobierno corto de miras, mediocre, gris, inoperante; un país colapsado y en plena decadencia; una ciudadanía quemada, abstencionista, escéptica, anestesiada ... En fin, lo que haga falta, que por eso somos catalanes.

¿Energía y esperanza? ¿Un país mejor? Ojalá. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Ahora o en el 2014? Conferencias, llamamientos, manifestaciones... ¿Con quién podemos contar? ¿Quién nos seducirá? ¿Una Casa Grande o una Casa de Putas? El tiempo lo dirá.

CAT

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